Comentario Evangelio 27 de Agosto

La profesión de fe de Pedro

Hna. Yolanda Guajardo
Hijas de San José Protectora de la Infancia

Evangelio según San Mateob 16.13-20

La liturgia, hoy, nos presenta el dialogo de Jesús, con sus discípulos, y Jesús les pregunta: ¿Que dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dice que es?.Somos expertos sociólogos para las encuestas de preguntar a las personas, que opinan de tal o cual personaje, si aprueban o desaprueban sus actividades, si tiene o no tiene futuro sus propuestas y dar respuestas que no a todos dejan conforme, tabulamos y confeccionamos gráficos para informar a la opinión publica de nuestro estudio. Para esto somos expertos, para opinar de los otros y dar respuestas que no nos tocan, pero cuando tengo que decirle personalmente al cuestionado personaje, purificamos nuestras respuestas, por diferentes razones, que no verbalizamos.

Sabiamente Jesús pregunta a sus discípulos:

Y ustedes, les preguntó , ¿quién dice que soy?. Sin duda los discípulos, entraron dentro de sí para responder la pregunta de su maestro que lo tenían frente a ellos, no es alguien que está lejos y opino externamente y descarnadamente como en una encuesta. Es mi maestro a quien yo sigo, le creo y sé que es alguien especial, busco dentro de mí nuevamente y respondo; Pedro movido por el espíritu, responde valientemente. “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Esa confesión de fe maravillosa de Pedro, que me invita a confiar en que Dios mueve mis palabras y actitudes sabiendo, que frente a mi esta Cristo, que tengo una responsabilidad que cumplir por el simple y gran hecho que es Dios quien confío en mi para, proteger a la infancia, para consolar al triste, levantar a la mujer, liberar al oprimido, visitar al enfermo, orientar al que está perdido, pasar fronteras, orar por los otros, y orar unos por otros.

Gracias Señor por dejarnos el testimonio de tus discípulos, que a través del tiempo, miles de religiosos y religiosas van dejando en la memoria de las generaciones la presencia de Jesús, por su confesión de fe y testimonio de vida entregado al servicio de los demás que experimentaron a Dios por su cercanía, ternura y misericordia, que solo la fe lo puede lograr.