“Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado”
Mateo 17, 1-9
Hna. María Alicia Briseño
Hija del Espíritu Santo
Este domingo, celebramos como Iglesia la fiesta de la Transfiguración del Señor.
Hoy quisiera hacer memoria a las lecturas que hace poco terminamos de escuchar sobre la vida de Moisés, el evangelio de hoy me evoca un poco la experiencia de Moisés, recordando la homilía de uno de mis hermanos Misionero del Espíritu Santo, hacía referencia, como Moisés, viviendo en paz, en cierta comodidad con su esposa, cuidando las ovejas de su suegro Jetró, decide ir más allá de lo de costumbre, y en ese ir más allá, Dios se le revela y le confía una Misión.
Y al retomar el texto del Evangelio, justamente es algo parecido que le pasa a Pedro, Santiago y Juan, Jesús los lleva a un lugar especial, los saca de su vida cotidiana, de la rutina y los lleva a un monte elevado. Sabemos que el monte en el sentido bíblico, representa un lugar de cercanía con Dios, de intimidad con Él; y es en ese lugar donde Jesús se transforma. Que hermoso es también cuando cada uno de nosotros también queremos ir a un monte elevado para encontrarnos con Él, nos hace tanto bien el poder hacer el espacio para retiro, para ejercicios espirituales, donde silenciarnos, que hermoso es contemplarlo, que hermoso es, Dios es atractivo cuando lo descubrimos por medio de sus signos, ellos ven a Moisés y a Elías, ellos quieren levantar tres carpas.
Es parte de nuestro ser humano, cuando todo marcha muy bien, uno se quiere quedar en este lugar, donde uno está en su zona de confort, donde todo se tiene bajo control, queremos que la nube, la presencia del Padre se quede ahí, pero hoy más que nunca al contrario el Padre nos habla a través de su Hijo, pero justamente para ponernos en camino, esta nube nos recuerda que no podemos quedarnos ahí, que hay que levantar las tiendas y seguir caminando, en busca de estos nuevos clamores de nuestro pueblo, pero con esa certeza de que el Padre va en medio de nosotros, porque sigue cumpliendo sus promesas, así como lo hizo con Moisés, vivir siempre bajo la mirada Amorosa de Dios
Me parece que a muchas y muchos de nosotros también a veces nos sentimos como los apóstoles, en ocasiones queremos rendirnos y hoy Jesús también nos lo repite a nosotros “levántense, no tengan miedo”, pidamos al Espíritu Santo, que no tengamos miedo a los desafíos que hoy día se nos presentan, que la cruz es parte de nuestro caminar como consagrados, que sepamos estar listos, dispuestos a quitar nuestras carpas y seguir caminando a esos caminos nuevos que Dios nos quiere llevar, que Él nos conceda no poner límites y como Moisés ver más allá de las cosas.
¿Cuáles son esos signos que Dios nos muestra hoy, para seguir caminando como VR?
