La fe siempre debe ser reflexionada. El creyente –y también el no creyente– ha de pensar en el significado y la relación con toda la vida humana de su postura (no) creyente. Porque la fe es un acto humano, razonado y profundizado existencialmente.
La teología fundamental, justamente, busca profundizar en lo razonable del cristianismo; pero al mismo tiempo, le hace preguntas a la fe, y critica, discierne y propone caminos para una mejor comprensión de la revelación.
La presente publicación, fruto de largos años de docencia del autor, presenta de manera muy ordenada y rigurosa los grandes desafíos que la teología cristiana ha debido enfrentar para cumplir su tarea de pensar y discernir la fe, y su relación con la existencia humana.
Se destacan los aportes a tres grandes temas actuales. 1. Cómo la propia situación cultural de cada uno influye en la comprensión de la fe: ¿Podemos hablar de un dato definitivo si todos somos limitados? 2. ¿Está teniendo la Sagrada Escritura, en verdad, el puesto central en la teología actual? 3. Desde que el Hijo de Dios se hizo hombre histórico, la teología también es histórica: ¿Hay entonces datos que no pueden cambiar?
Un libro que invita a pensar, y que deja preguntas insoslayables.
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