Afirmamos que la misión en la Amazonía nos pide escuchar, acompañar, tejer vida, cuidar y dejarnos cuidar, perdonar y amar. El Espíritu inquieto sale a nuestro encuentro a través de provocaciones. Para que aspiremos a los carismas mayores, sintiendo que es tiempo de arriesgar y actuar. “Arriésgate con sabiduría, hay algo más”.