« …Yo les daré pastores según mi corazón,
que los apacienten con ciencia y con inteligencia »
Jer.3,15a
Al mirar nuestra historia, ya sea como personas o institución, siempre podemos descubrir quienes, con su testimonio vida, son signos del Emmanuel… del Dios con nosotros. Mediante su entrega en lo cotidiano de cada día, reflejan la presencia y cercanía de un Dios que camina en medio de su pueblo suscitando “pastores según su corazón” Jr 3,15 para que aquellos que están “cansados y agobiados” puedan acercarse a Él y descansar.
Es por esto que hacemos memoria agradecida de la Hna. Margarita Guilbault, religiosa de la Congregación de La Retraite quien falleciera el pasado 30 de marzo en Francia. Dueña de una profundidad espiritual y una sólida formación académica supo acompañar el caminar de muchas religiosas y religiosos que vieron en ella la ayuda que necesitaban para acercarse más Jesús y a su Padre. Pero no sólo la vida religiosa se benefició de su sabiduría, la misma calidad de escucha y ayuda la brindaba a la gente sencilla con las que convivió mientras vivió en Chile.
Unidas a sus Hermanas de Congregación, damos gracias a Dios por el don de su vida y todo el bien que realizó mientras estuvo con nosotros y terminado ya su paso por esta vida, rogamos que brille para ella la luz de la eternidad.
Margarita Guilbault ( 1927- 2025)
Religiosa de la Congregación de La Retraite
Falleció el 30 de marzo 2025 en Angers, Francia. Vivió en Chile desde 1987 hasta 2006. Desarrolló la mayor parte de su apostolado en la Parroquia Santa Cruz, Capilla San Esteban en la población Los Nogales, Comuna Estación Central, Santiago.
Margarita llegó a Concepción al sur de Chile a fines de los años 80 cuando se fraguaba el triunfo de la de la democracia. Ella palpó una Iglesia cercana y viva a través del compartir sencillo del Evangelio en la Comunidades de Base.
Desde el comienzo se interesó por conocer la realidad social y política del país siguiendo estudios en el Instituto Latinoamericano de Estudios Sociales (ILADES) en Santiago. Era una mujer que buscaba razones de su Fe, conocer las causas de la injusticia, abierta a escuchar, a dejarse transformar por la cultura y vida que se le ofrecía en cada encuentro.
Le encantaba el sol y la naturaleza, juntas en comunidad visitamos el sur de Chile con sus lagos y volcanes y en el norte contemplamos la silenciosa presencia de la luz de las estrellas en el Valle del Elqui. Si, ella sabía de silencio y contemplación…de ti aprendimos a gustar la oración contemplativa.
Margarita nos acompañó de cerca en nuestro crecimiento humano y espiritual junto otras hermanas en el noviciado y profesión temporal. Ella escribió la versión española de nuestra Regla de Vida.
En Santiago en los años 90, pronto se dio a conocer por su calidad de escucha y acompañamiento espiritual a través de Retiros Espirituales con las Comunidades de Vida Cristiana (CVX), con el grupo de alcohólicos anónimos, con las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, con religiosos en el curso de formadores de la Conferencia de Religiosos y Religiosas CONFERRE, con el grupo de encuentro matrimoniales, entre otros muchos grupos y comunidades.
Margarita tenía el don de transitar con naturalidad desde los barrios más pobres donde vivíamos en Los Nogales, Estación Central, hasta lugares de Santiago con más recursos económicos. Ella veía el corazón humano, la persona … y cada una le otorgaba su tiempo, su presencia total y discreta, escuchando con sabiduría y paciencia, como un encuentro único y sagrado.
Ah… Margarita cuanto nos escuchaste, cuanto dejaste hablar nuestro corazón a veces con largos silencios porque cuando hablamos desde lo profundo de nuestro ser, las palabras nacen lentamente como un suave manantial. Cuánto nos ayudaste a buscar con la mayor libertad posible el camino a seguir en nuestras vidas…
Gracias por ser testigo de lo que nos habitaba, de nuestras búsquedas de sentido, de nuestra relación con el Señor. Gracias por tu Amistad en el Señor. Si contigo gustamos algo de sentirnos Amigas en el Señor, Amigas de corazón a corazón. Gracias querida Margarita por tu vida tan humana, verdadera y llena de amor al Señor y a tus hermanas. ¡Gracias, te queremos! Que la Luz del Señor Resucitado brille sobre tu rostro, descanse en paz.
Hna. Susana Campos Cabrera
Congregación de La Retraite