«¿Qué buscan?»… «Vengan y lo verán»
Evangelio Según San Juan 1, 35- 42
En el Evangelio de hoy vemos las primeras vocaciones de apóstoles de Jesús, que antes fueron discípulos de Juan Bautista. Hermoso testimonio de este Precursor que deja que sus discípulos sigan a Jesús, el cordero de Dios; que opta por ir desapareciendo gradualmente, de ir perdiendo protagonismo en favor de Jesús. El Evangelio nos muestra la gozosa experiencia que viven los primeros discípulos del Señor y como la comunican a los demás: «hemos encontrado al Mesías», dice Andrés a su hermano Simón Pedro, porque no se puede silenciar este mensaje ni dejar de darlo a conocer a otros; la experiencia del encuentro se comparte.
Hoy es nuestra Misión la de ser mensajeros de una Buena Noticia para nuestros hermanos y hermanas. Dios Padre nos quiere testigos de Jesús y de la Buena Nueva de su amor, esta es una urgencia de nuestra Fe, testimoniar la Salvación de Dios. Será el testimonio de los creyentes auténticos lo que cuestione a un mundo incrédulo.
Jesús nos encuentra en el camino de la vida, en lo cotidiano y desde allí nos llama en los lugares y circunstancias más inesperadas. Nos pregunta ¿Qué quieren? ¿Qué buscan? Pues bien, el verdadero sentido de la Misión se logra siguiendo a Jesús, dejando que nos seduzca, nos apasione, permaneciendo cerca de Él alimentados por una relación fiel.
Jesús nos permite encontrarlo y encontrarnos a nosotros mismos con nuestra verdad. Una vez más nos invita: «ven y veras»
¡Qué hermoso tener la capacidad del Bautista para que se produzca el encuentro!. Los lugares, los gestos, las historias también nos hablan del Señor hoy. Si de verdad queremos demostrar que «hemos encontrado al Mesías», a aquel que da sentido a la historia humana, que nos abre a la esperanza en nuestro propio caminar por la vida, hemos de proclamar de palabra y de obra que Jesús es la luz para las zonas oscuras de la vida y de la historia y que hace posible la transformación social mediante la única revolución eficaz: la conversión personal al amor y a la justicia.
Les deseo un año nuevo acogiendo el designio de su Providencia que vela sobre nuestra vida.
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