“ESTAR ATENTOS EN EL MOMENTO DE ACTUAR”
Hna. Karla Guadalupe Gutiérrez Sánchez CMST.
Carmelita Misionera de Santa Teresa.
El evangelio de este día nos invita, a poner en práctica tres virtudes fundamentales que todo discípulo debe hacer vida:
1.- La corrección fraterna
2.- El arrepentimiento
3.- El servicio.
La corrección fraterna: no es otra cosa que buscar el bien de los demás, cuantas veces alguien muy cercano a mí, puede ser mi hermano, mi mejor amigo, mi compañero de trabajo, mis padres o simplemente un conocido, ha cometido un error o está mal en su actuar, y yo como discípulo de Jesús, debo de ayudarle a darse cuenta de su equivocación, pero no desde mi arrogancia o por creerme el “héroe” y caer en la tentación de que todos están mal menos “yo” ; Jesús nos invita en primer lugar a ser humildes, y reconocer que “ también yo” tengo errores y tengo que corregirlos antes de querer corregir el actuar de los demás, pues muchas veces caemos en la tentación de corregir a los demás, sin Darme cuenta que yo también cometo los mismos errores. Por eso es importante tener muy en cuenta que andes de corregir es necesario hacer un examen de conciencia teniendo en cuenta el criterio que Jesús nos propone: (Lc 6,41-42) “ ¿Cómo es que ves la basura en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? ¿y cómo puedes decir a tu hermano: “hermano, deja que te saque la basura que tienes en el ojo”. Cuando no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la basura del ojo de tu hermano.
Que importante es que antes de corregir a los demás me dé un espacio de encuentro personal con Jesús, para que yo pueda imitar las mismas actitudes de Él en mi relación con los demás, para ayudarlos, acogerlos y ponerme siempre al servicio, con actitud de humildad y sencillez, sin esperar recompensas ni honores.
El papa Francisco nos recuerda cómo hacer vida estos valores:
Porque la fe es un encuentro con Jesús, y nosotros debemos hacer lo mismo que hace Jesús: encontrar a los demás. Vivimos una cultura del desencuentro, una cultura de la fragmentación, una cultura en la que lo que no me sirve lo tiro, la cultura del descarte. Pero sobre este punto os invito a pensar —y es parte de la crisis— en los ancianos, que son la sabiduría de un pueblo, en los niños… ¡la cultura del descarte! Pero nosotros debemos ir al encuentro y debemos crear con nuestra fe una “cultura del encuentro”, una cultura de la amistad, una cultura donde hallamos hermanos, donde podemos hablar también con quienes no piensan como nosotros, también con quienes tienen otra fe, que no tienen la misma fe. Todos tienen algo en común con nosotros: son imágenes de Dios, son hijos de Dios. Ir al encuentro con todos, sin negociar nuestra pertenencia» (S.S. Francisco, 18 de mayo de 2013).
Oración final: Padre
Bueno, que en Jesús nos has mostrado el camino del servicio y la entrega sin
ostentación ni exigencias; haz que nosotros(as), con motivos mucho mayores,
seamos humildes, sencillos y fraternales, sin reclamar nunca honores,
reconocimientos ni agradecimientos. AMÉN.
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