“Cuantas veces debo perdonar… Siempre”
Hna. Nelly Leon Correa
Hnas. Del Buen Pastor – Capellana Cárcel de Mujeres
Dios que es Padre – Madre, nos ofrece su misericordia para que también nosotros/as podamos ser misericordiosos/as con los demás. El perdón es una característica del amor perfecto de Dios a la humanidad y a todo lo que ha sido creado por su infinita ternura. Pero Él necesita de todos nosotros/as para que su amor llegue a todas las personas sin exclusión. Quiere que seamos instrumentos de su perdón y de su misericordia, es por eso que nos pide a cada uno/a que le mostremos con nuestras acciones a toda la humanidad que la reconciliación es posible.
El perdón es la perfección de la caridad. Y aquí cabe la pregunta ¿por qué nos cuesta tanto perdonar? porque requiere que venzamos nuestro orgullo y primero que nada nos perdonemos a nosotros/as mismas, eso se llama humildad, o acaso a ustedes no les ha pasado que han confesado un pecado mas de una vez y quizás muchas veces? Y eso es porque somos tan humanos y racionales que medimos el perdón y el amor de Dios según nuestra medida.
La pregunta de Pedro es, Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar? Y con la respuesta Jesús no nos dice que perdonar sea fácil, sabemos que es muy difícil, pero si que es un requisito absolutamente indispensable para nuestra vida, sobre todo para los y las que nos llamamos cristianos/as seguidores de Cristo que en la cruz nos dio la muestra mas grande del perdón.
Vivimos en una sociedad donde los deseos de venganza son mas fuertes y profundos que el deseo y anhelo de amar y esto por que hay ciertas heridas que siguen machucando el corazón. Hay personas que dicen: “Yo perdono pero no olvido” eso no es el verdadero perdón.
La parábola que nos cuenta Jesús en letra de Mateo es la muestra mas clara de que hacemos lo que no debemos hacer, ¿si Dios nos ha perdonado porque no podemos perdonar? El rencor, las tensiones, las discusiones, las opiniones diferentes, las ofensas, las provocaciones, las descalificaciones, todo eso lo vemos y escuchamos todos los días se nos entra por los ojos y oídos y lamentablemente se va enquistando en el corazón y lo que es peor lo vamos traspasando de generación en generación, ¿acaso en nuestro país no lo vivimos todos los años en estas fechas?. Todo esto dificulta el perdón y la reconciliación.
Pidamos a Jesús la gracia de contar con un corazón como el suyo que sepa amar y perdonar a pesar de las grandes o pequeñas dificultades de la vida. Que este domingo nuestro propósito sea: “Hoy perdonaré de todo corazón a aquella persona que no he sabido o no he querido perdonar”