Claudia Muñoz aci.
Esclavas del Sagrado Corazón
Juan dio este testimonio: “He visto al Espíritu Santo descender del cielo y permanecer sobre Él”
Esta Palabra de Juan no es solo profecía de futuro, es sobretodo presente. Lo que Juan ve y de lo que da testimonio, es experiencia vital para él y no lo calla.
Hermanas y hermanos, también nosotros hemos visto, hemos visto a Jesús y su acción en medio de nuestras vidas y en medio del pueblo y la sociedad, ¿hemos dejado de testimoniar, o hemos dejado de ver?
A la luz de esta palabra me siento animada a preguntarme ¿dónde desciende Dios? ¿Dónde se posa y permanece su Espíritu? Porque “Juan” lo ha visto y da testimonio de ello y nosotras/os somos invitados a la misma tarea.
El Espíritu de Jesús está en la sociedad chilena que se despertó y se despierta, se posa sobre ella y está en sus demandas de justicia, ¿acaso no lo vemos?
Estamos viviendo un momento crucial, la crisis puede embotar los sentidos o agudizar la mirada. Ver cómo Dios, el Espíritu de Dios, se posa, permanece, cubre, protege y acompaña el caminar de esta sociedad convulsionada, vulnerada, y despertando de un largo letargo. Confiar en esta presencia viva de Dios sobre nosotros, puede llevarnos a ver luces que nos permitan testimoniar caminos, señalar senderos y ser testigos del Cordero.
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