Sister Marilupe Mier y Terán Suárez
Mercedarias del Santísimo Sacramento, EE.UU.
Es fascinante el hablar de tú a tu con nuestro Padre misericordioso, caminar con Cristo y sentir su paso al parejo del nuestro ¡respirar con el aliento del Espíritu que vivifica y enardece! El sentir que podemos orar en todo momento tiene su inicio en el reconocer con humildad nuestra pequeñez ¡dejar que Él nos engrandezca! “sin mí no puedes hacer nada” … Hemos de aprender que el tenernos por justos y sentirnos seguros de nosotros mismos nos lleva, únicamente, a despreciar a los demás ¡el orgullo nos ciega y la vanidad nos destruye! El Papa Emérito Benedicto XVI nos advierte “cuando en actitud farisaica, vamos a la oración a recordar a Dios nuestros méritos nuestra oración se vuelve hueca, fría, estéril…” La esencia de mi carisma eucarístico mercedario me apremia a reconocerme pequeña, necesitada de la gracia de Cristo Redentor en su misterio eucarístico y ¡sólo así seré habitada por la Trinidad! “Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” … de rodillas he aprendido a hablar al corazón de Dios y escuchar su tierna voz, tener valor de abrirme a la salvación, clamar compasión y misericordia ¡mendigar la misericordia de Dios! El Papa Francisco nos aconseja salir de nuestra comodidad, tibieza e indiferencia ya que somos llamados y enviados a la misión de anunciar la misericordia de Dios, vivir el Evangelio y ser eucaristía y merced en siglo XXI. Vayamos al encuentro de los hermanos, oremos por los misioneros y las familias, celebremos en comunidad nuestra fe buscando únicamente la gloria de Dios … Sta Teresa nos recuerda “en medio de adversidades perseverar con serenidad, gozo y paz, porque eso es amor … que la vida es mala noche en mala posada y que nada nos turbe, todo se pasa, solo Dios basta” ¡con Cristo eucaristía conquistemos nuestro siglo XXI!
Me permití enviarte la reflexión por este medio porque ya estamos en fecha … los días pasan demasiado aprisa Oraciones.