lunes , 18 noviembre 2024
el viento

Comentario Evangelio 24 de Diciembre

La Natividad del Señor

Fr. Lino Miranda Castañeda, ofm.
EREMITORIO SAN FRANCISCO DE “EL TOTORAL”HERMANOS FRANCISCANOS

Después de haber vivido este tiempo de Adviento hemos llegado a esta hermosa noche, donde celebramos el gran misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, Cristo Jesús, el Señor, quien nace pobremente en un pesebre, y como Iglesia nos reunimos para celebrar la acción de gracias, que es la Eucaristía, rememorando aquel gran acontecimiento de la historia, la Fiesta de las fiestas, como nos lo enseña nuestro hermano Francisco de Asís.

El texto de Lucas nos presenta a María y José peregrinos, camino a Belén, lugar donde deben reportarse, por tener su origen allí y por presión de la tiranía del emperador; sin embargo también ese lugar se transformaría en el lugar de luz, el lugar de la acogida, el lugar donde se nos muestra la dinámica del Reino que este niño Rey, pobre y sencillo, viene a dar testimonio con su vida; Belén viene a ser el lugar de la fraternidad universal, pues aquel que nos hermana, hecho niño, es contemplado con reverencia y esperanza por sus padres y unos pobres pastores y los animales cobijados también  en el lugar.

No hay espacio en las posadas para acoger a María que va a dar a luz, por eso José desesperado, busca un lugar para guarecer tanto a la madre como al niño que va a nacer, pues ha asumido su rol de padre y protector de la creatura que ha sido obra del Espíritu Santo.   José está enfocado para que ese niño nazca en un ambiente seguro; antes de todo esto, Dios le vino a transformar la vida y su futuro, pues previamente José tenía un proyecto familiar muy distinto al que ahora vivía: una vida apacible en Nazareth, como cualquiera de sus amigos y familiares.  Sin embargo, al reemprender el camino, tuvo que reenfocarse en la vida con los nuevos acontecimientos.  Hubo muchos factores que lo hicieron entrar en un período de una profunda crisis, ya que su proyecto se vio tremendamente afectado por las nuevas circunstancias (su prometida estaba embarazada).   Humanamente puede ser que haya tenido sentimientos de rabia, duda, desilusión, incertidumbre. Sin embargo, su compasión por María fue mucho más grande, pues no gritó a los cuatro vientos lo que había sucedido, y tampoco se dejó mover por la oscuridad de la situación, donde no existía del todo claridad, sino que su buen corazón, su “ser justo”, lo hace asumir un rol y una misión para con el niño que viene en camino.  José se llenó de esperanza, luego de que en sueños es animado por el Señor a asumir su misión y se hace obediente al Padre tomando su lugar en este proceso. El texto de Lucas da testimonio, pues lo vemos buscando un lugar y cuidando a la vez a María que ha dado a luz.  José tiene tal compromiso con su paternidad que incluso arriesgará su propia vida por la integridad del niño Jesús, cuando tenga que huir a Egipto para protegerlo de manos del cruel Herodes.

María, también asumiendo un rol importante en el plan Salvífico de Dios con su Sí generoso de mujer, se prepara para este gran acontecimiento, el cual también para ella fue motivo de desconcierto y duda, de temor e incertidumbre, pues  estaba enfocada hacia otra forma de vida, junto con su futuro esposo José.  El ángel, en la Anunciación, le aclara dudas, la anima a no temer, y le indica qué es lo que va a suceder, todo esto porque María misma le pregunta del cómo se llevará a cabo este proceso.

El Ángel la invita a confiar en el proyecto de Dios y ella acoge dicha propuesta desde la Fe, asumiendo las consecuencias que eso implicaba, es decir, el posible rechazo de su futuro esposo, las habladurías de la gente, en fin… tantas cosas que pueden darse ante situaciones extraordinarias que no pueden ser comprendidas si no es solo desde la Fe. La propuesta de Dios vino a irrumpir la vida de una mujer, quien experimenta muchos sentimientos al ver que hay un camino que transforma su proyecto personal. María escucha, acoge, comprende, discierne y decide: “ser la servidora del Señor”.

En esta noche, al escuchar el Evangelio de Lucas, rememoramos cómo ambos padres están respondiendo al llamado del Señor, y por lo tanto se disponen a recibirlo en la pobreza de un pesebre, con la presencia de animales, quienes contemplan también el nacimiento del Salvador, y la adoración y compañía de pastores.

Los pastores vivían en las zonas periféricas y tenían poca escolaridad y refinamientos, comparado con los que vivían en pueblos o aldeas, por eso en general eran despreciados.  Ellos representan a aquellos hombres y mujeres periféricos a quienes el Evangelio venía a ser anunciado, principalmente los pobres, los pecadores, los enfermos…  Ya desde el nacimiento de Jesús ellos tienen una predilección de parte de Dios, ya que un Ángel, como también lo fue con María y José, les anuncia el gozoso acontecimiento del nacimiento del Salvador.  Su presencia llena de pobreza y humildad al Mesías niño, pero engrandece a la vez la presencia poderosa del Salvador en medio de lo más pobres y marginados.

Quisiera hermanos y hermanas compartirles la alegría de toda la Familia Franciscana quien en esta celebración de la Natividad del Señor de 2023, celebra los 800 años de que Francisco de Asís representó, en el hermoso pueblito de Greccio, Italia, el nacimiento del Salvador, pues él tenía especial afecto, de entre todas las fiestas y solemnidades del Señor, por la Navidad, la Fiestas de las fiestas como le llamaba, pues consideraba que ya desde este acontecimiento el mundo comenzaba a ser salvo; por lo tanto era el día en que “Dios hecho hombre se dignó alimentarse de los pechos de una mujer” (2Cel 199).  Francisco se enternecía al ver cómo Dios mismo ha querido hacerse fragilidad en un niño que, como todos nosotros, se alimenta de los pechos de su madre pobre en el pesebre.

En Greccio, llamó Francisco a un amigo llamado Juan Velita, hombre importante del lugar, unas semanas antes de la Navidad del año 1223, y le pide celebrar y contemplar la “memoria del niño que nació en Belén”.  Francisco quería contemplar con sus propios ojos ya enfermos “lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre el heno entre el buey y el asno” (1Cel 84).  Se destacó en el lugar el heno para cobijar y dar calor al niño, el Asno y el Buey, para brinda calor también al ambiente donde el niño nace y a la vez representan a toda la creación que esperaba también al Salvador; todos se reúnen en torno al niño con cirios y antorchas para iluminar aquella noche, donde la luz ha nacido compartiendo nuestra realidad. Francisco de Asís cuando vio que estaba todo dispuesto las contempló en silencio y se alegró profundamente. La simplicidad domina el ambiente, la pobreza se ensalza, la humildad se valora y Greccio se convirtió en un nuevo Belén.

Que esta Navidad volvamos a mirar con alegría y gozo el nacimiento del Señor, como lo anunció el Ángel a los Pastores, pues rememoramos el Amor de Dios, quien se encarna en medio nuestro para hacerse uno de nosotros y, desde nuestra propia realidad creatural, mostrarnos el camino hacia el Padre que es el Reino al cual todos estamos llamados a participar.  Como María y José, asumamos nuestro rol en la misión de la Iglesia de ser constructores del Reino, reenfocando nuestra vida y acogiendo el deseo de Dios para cada uno de nosotros, tanto personal como comunitariamente, y que no es más que vivir conforme al Evangelio.

Que la pobreza del Pesebre, que conmovió tan profundamente a San Francisco de Asís, nos ayude a concentrarnos en el verdadero y gran regalo que Dios nos ha dado que es Cristo, el Señor, y podamos devolver su espacio celebrativo en nuestros corazones, en nuestras familias, en nuestras comunidades y en los lugares donde nos desenvolvemos cotidianamente.  

Y, por último, Francisco de Asís quería regocijarse con toda la Creación en esta Fiesta del Nacimiento del Salvador, por ello invitaba a todos sus hermanos y hermanas a que incluso los animales tuvieran doble ración de comida con motivo de celebración. Quizás, sumándonos a la alegría franciscana, podamos tener un gesto con la Creación tan amenazada por nuestra indiferencia e inconciencia global; que tal gesto refleje que, siendo todos parte de ella, es con ella que celebramos el nacimiento de Jesús.

Que todas nuestras fraternidades religiosas tengan una feliz Navidad. 

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