Señor, enséñanos a orar
Hna. Sandra Henríquez, cm
Evangelio según San Lucas 11,1-13
Acércate al texto, léelo, releerlo, déjalo que se diga por sí solo y te acoja.
Comencemos por la propuesta de los supongamos que nos ofrecen los versículos 5-7
Supongamos que un día una visita inoportuna que ni siquiera nos avisó, llega a nuestra puerta o un dolor profundo de enfermedad y muerte,viene a interrumpir la vida ordenada y planificada que llevamos con sus horarios, haceres y quehaceres de Reino.
Supongamos que sólo por un día volvemos a ser profundamente necesitados/as, desinstalados/as, sedientos/as, hambrientos/as, hermanos/as, humanos/as, buscadores/as.Y gritamos: ¡Señor, dame! o tocamos su puerta con insistencia, con urgencia.
Supongamos que podemos dar cosas buenas a los hijos e hijas de la humanidad:el pez y el huevo de un corazón paterno – materno; un corazón que se ha dejado inundar del Espíritu y por eso nutre.
Supongamos que le decimos a Jesús que nos enseñe a orar, así como un día sus discípulos y discípulas, seducidos/as por su intimidad con el Padre, le pidieron hacer la misma experiencia (v 1-4). Seguro tomamos el lápiz y le pedimos que lentamente nos vaya dando la receta:
Primero, no olvidar llamar a Dios Padre; Segundo, siempre la primacía del Reino y su justicia; Tercero, sólo aquello que necesitamos, el pan para repartir; Cuarto, el perdón dado y recibido; Quinto, lucidez evangélica (laque da el Espíritu) para que el tentador no nos confunda y engañe.
Un itinerario orante encarnatorio que nos humaniza para humanizar la realidad, nos mantiene en fecundo diálogo con la vida en todas sus expresiones y que coloca el amor como sello identificativo. Todo es amor, todo lo mueve el amor, sólo el amor nos saca de sí, solo el amor nos vuelca al otro.
Pasemos ahora de los supongamos, al creamos.
Creamos, que nuestro estilo de vida de seguimiento discipular puede ser vivido bajo la lógica de la gratuidad, del “levantarse” (v8) y ser “resucitada y resucitadora”, que puede vivir desde el Pedir confiados/as que se nos dará, Buscar creyendo que encontraremos, Llamar sabiendo que una puerta se abrirá.(v 9-10)
Creamos, que podemos hacer nosotros/as lo mismo, Saliendo a prisa al encuentro de la vida, ser seductores/as orante, maestro y maestra de intimidad humanizadora para que otros/as nos digan como a Jesús: Enséñanos a orar… a ser buenos… a dejarnos importunar, a dar cosas buenas… a creer en la obra del Espíritu.
Entonces ¿Creamos cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
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