Queridas hermanos y hermanas.
Una vez más Jesús nos invita a sintonizar con su Palabra, que siempre y en medio de las diversas circunstancias de la vida es mensaje de salvación.
En este último domingo del mes de septiembre nuestra iglesia chilena nos llama a rezar por nuestra patria, por su gente y la realidad que vivimos hoy, pedimos al Señor y especialmente a la virgen del Carmen que extienda su manto protector sobre nuestra nación para que de verdad podamos construir una nación de hermanos donde haya paz, respeto y justicia para todos los que aquí hemos nacido y todos aquellos que han venido de distintos lugares buscando mejores condiciones de vida, que seamos solidarios y respetuosos con la vida del otro, cumpliendo así el mandato de Jesús, “Ama al prójimo como a ti mismo”.
Hoy el Señor en su evangelio nos invita a descubrir que la evangelización es tarea de todos y no de un grupo selecto, por más cercanos que seamos de Él. Lejos de creernos portadores únicos de salvación, los cristianos hemos de acoger con gozo esa corriente de salvación que se abre camino en la historia de los hombres, no solo en la Iglesia, sino también junto a ella y más allá de sus instituciones. Dios está actuando en el mundo. Todos estamos llamados a hacer el bien, y ser portadores de la semilla del Reino, también nos anuncia la recompensa para quienes así lo vivan.
Por otra parte, nos advierte de las consecuencias de quienes escandalicen a otros con sus acciones, actitudes y palabras sin duda, una dura advertencia que nos desafía a ver y acoger la realidad con los ojos de Dios para así también poder gozar del Reino y la vida en plenitud.
Ahí es cuando cobra sentido el llamado a buscar su voluntad y a ser testigos de su presencia, no importa dónde nos encontremos y nuestras opciones de vida, estamos llamados a HACER EL BIEN.
Si miramos nuestra realidad nos podemos dar cuenta que muchos de nuestros hermanos y también nosotros, quienes seguimos al Señor en algunas ocasiones y muchas veces olvidamos que la presencia de Dios acompaña toda la vida y nos llama a valorar el SER de la PERSONA, obra e imagen de Dios, a vivir la caridad en cualquier ámbito que habitemos, podemos descubrir su paso que hace historia de salvación por medio de tantos hombres y mujeres, de buena voluntad que buscan hacer el bien y construir un mundo más justo y humano.
Sin duda que todo ello tiene que ser motivo de gozo y esperanza e impulso que fortalezca nuestro crecimiento humano y cristiano. Un feliz y bendecido domingo para todos.