“Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí, da mucho fruto”
Hna. Rossina Jopia Muñoz
Misionera Dominica del Rosario
Evangelio según san Juan 15, 1-8
Esta página del evangelio resuena en mi corazón, como manifestación del Espíritu del Resucitado, es Él que nos está conduciendo e invitando a mirar, a detenernos, a profundizar y revisar nuestras consistencias, fidelidades hacia la verdadera Vid, y surgen las preguntas: ¿nos sentimos adheridos y sostenidos por la persona de Jesús; nos estamos dejando empapar por la esencia del sueño y el querer de Dios?
Y responder a estas preguntas es también responder de cara a la realidad que estamos viviendo en la sociedad con relaciones humanas líquidas, relaciones que se dejan llevar por los intereses de “utilidad”, de posesión y de despojo, y como bien expresa el Papa Francisco estamos ante una “sociedad del descarte”, de lo desechable, porque los vínculos ya no son lo esencial, lo duradero sino que prevalece el principio de “intereses”.
Jesús, desde su infinita paciencia, nos invita a despojarnos de aquellas actitudes, comportamientos, pensamientos e ideas que dejan caer los retoños, imposibilitando el no impregnarnos de su savia, sencillamente dejarnos tocar el corazón, para humanizarnos por las y los otros.
En esta día, en que como Iglesia celebramos la fiesta de Santa Catalina de Siena, le pedimos que ella interceda por nuestra realidad eclesial y de país, que continuemos caminando por la senda de nuestro único referente el Señor Jesús y el sueño de su Dios Padre: El Reino, cimentado en la verdad y la justicia.
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