La CONVER, Conferencia Venezolana de Religiosas y Religiosos, reunidos en Asamblea anual, con la presencia de 66 Congregaciones Religiosas que hacen vida en diferentes lugares de este país y en innumerables obras y misiones, vemos con dolor y preocupación la creciente agudización de la crisis económica, social, política y moral que afecta a todos los venezolanos, venezolanas y a todos los que hacen vida en este país, de manera especial a los más pobres y vulnerables.
Igualmente, como Congregaciones Religiosas, acogemos y apoyamos con alegría, el pronunciamiento emitido por nuestros hermanos de la Conferencia Episcopal Venezolana ante la gravísima situación nacional (27/04/2016).
Nos sentimos urgidos e impulsados por el Espíritu a manifestar nuestra inconformidad hacia todo lo que de una manera u otra está atentando contra la vida y la dignidad de nuestro pueblo y, al mismo tiempo a ser una voz de esperanza, consuelo y propuestas concretas que ayuden a buscar salidas y alternativas, que por encima de todo ponga como centro la vida y la persona.
RECHAZAMOS Y REPUDIAMOS:
- Todo tipo de violencia, pues ella atenta contra la vida y la dignidad humana.
- La producción nacional insuficiente, el acaparamiento y el “bachaqueo” como formas de injusticia y acto cruel, que atenta contra la vida y destruye la posibilidad de que los alimentos y las medicinas lleguen a nuestros hermanos y hermanas.
- La impunidad que reina en nuestro país y que no hace justicia a las miles de personas que han sido víctimas de distintos tipos de violación a sus derechos humanos, de crímenes que no se resuelven, y que dan carta abierta para que cualquiera se considere con derecho a atentar contra la vida.
- La corrupción en todas sus formas y a todos los niveles e instancia, que quiere imponerse como una cultura y una manera de ser, y de robar al pueblo y a la nación.
- La negación de las posibilidades de encuentro y dialogo que puedan facilitar caminos de paz y de consenso.
- La utilización del pueblo como escudo para la defensa de intereses propios y mezquinos.
- Los maltratos, las vejaciones y las humillaciones a las que se somete a nuestro pueblo durante las largas colas para comprar alimentos y otros artículos de primera necesidad, muchas veces de parte de los militares, los dueños o responsables de los negocios y los “bachaqueros”, entre otros.
- A todos los que se han beneficiado y enriquecido a costa del sufrimiento y del empobrecimiento de nuestro pueblo.
El silencio y la indiferencia cómplice ante el sufrimiento y las necesidades de nuestros hermanos y hermanas.
- El desconocimiento y el no reconocimiento de unos y otros, puesto que esto no ayuda ni facilita el diálogo ni la salida de la crisis.
AFIRMAMOS…
- Nuestra apertura y disposición para servir de puente para el diálogo y el encuentro.
- Nuestra opción por lo pobres, vulnerables y excluidos. Con ellos y entre ellos queremos seguir compartiendo la vida, y como Jesús, nos ponemos de su lado buscando devolverles la dignidad perdida. Promovemos la reconciliación, la organización, la paz, la justicia, la solidaridad, el compartir y el cuidado de la vida.
- Resaltamos y valoramos los signos de vida que existen en nuestros barrios, comunidades, parroquias, centros educativos, centros de salud, que no son noticia de interés para algunos, pero que hacen posible los encuentros fraternos y revitalizantes, que mantienen viva la esperanza de nuestro pueblo.
- Agradecemos y valoramos el compromiso y la dedicación de muchos hombres y mujeres laicos de todas las edades, quienes con el aporte de sus dones, talentos, tiempo y energía hacen posible el Reino de Dios en organizaciones y en sus comunidades.
- Apoyamos la acción profética de muchas hermanas y hermanos nuestros que sin miedo y en sintonía con la vocación que han recibido, hacen vida en cercanía con los más necesitados.
ESTAMOS LLAMADOS A…
- Salir con prontitud al encuentro de la vida, como María la Madre de Jesús, llamado al que no solo estamos invitados los religiosos y religiosas, sino todo cristiano y cristiana que cree en Jesús, pues no podemos decir que creemos en Jesús mientras sostenemos actitudes inhumanas, criminales, mezquinas, fariseas, que arrancan la vida y la ponen en peligro. María, ante la situación que le tocó vivir, no se quedó en el aislamiento, sino que por el contrario salió, se puso en camino, pisó tierra, y se hizo cercana a las necesidades de su prima Isabel (Lc. 1, 39-45), actitud que debemos fomentar en estos tiempos de crisis.
- Escuchar la pregunta de Dios que nos repite constantemente ¿Dónde está tu hermano/a? (Gn. 4, 9-10). Saber dar respuesta concreta y acertada es un reto al que todos y todas estamos llamados/as.
- Que nos duela cada ser humano, el país, que encontremos en ellos una razón para seguir luchando y seguir soñando.
- Tener los gestos compasivos y misericordiosos de Jesús, que promueven el compartir, la solidaridad y el milagro de la multiplicación de los panes (Mt, 14. 13-21).
- Mantener la paz y la alegría, no dejar que la rabia y la frustración nos la arranquen, sino dar lo mejor de nosotros, ser multiplicadores de esperanza, de alegría, ser signos creíbles y visibles de la misericordia y la ternura de Dios.
- Defender la vida contra todo lo que la amenace, y hacernos presente en ella con gestos sencillos de humanidad y misericordia.
PROPONEMOS…
- Unirnos para hacer valer nuestros derechos, para soñar juntos, para compartir lo poco o mucho que tenemos, para defender la vida.
- Encontrarnos para estudiar y hacer lectura orante de la situación que vivimos y dejarnos también analizar por ella. Escucharnos, animarnos, apoyarnos, celebrar, orar, construir.
- Organizarnos para denunciar las injusticias, la corrupción, la impunidad para, ser anunciadores de buenas noticias y promotores de esperanza.
- Salir al encuentro y a en ayuda de los hermanos y hermanas más necesitados, hacernos prójimos, cercanos y solidarios.
- Apoyar las iniciativas y propuestas que beneficien a los más pobres, que les devuelva su dignidad y que les dé acceso a bienes básicos.
- Ser puentes para el dialogo, la comunicación, la reconciliación y el perdón.
- Promover una cultura de la vida, de la solidaridad y de la paz.
- Propiciar relaciones fraternas vividas en la circularidad del amor y la igualdad al ejemplo de la Santísima Trinidad, humanizando las palabras, los gestos y las miradas.
- Saber hacer silencio para escuchar a Dios, y no para quedarnos callados ante las injusticias y los atropellos.
- Fortalecer la educación, el trabajo, la producción nacional como una vía importante para salir de la crisis.
- Re-educar nuestro corazón y nuestra mente, pues nada puede cambiar si no cambiamos de mentalidad y de estructuras que paralizan y esclavizan.
Finalmente ANIMAMOS a todos los hombre y mujeres de buena voluntad, laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes, obispos, y a todos nuestros hermanos que formamos parte de esta hermosa tierra, a que acojamos la acción del Espíritu, nos dejemos iluminar por él y nos comprometamos a aportar nuestro granito de arena desde el lugar donde estemos y las posibilidades que tengamos, para sacar adelante nuestro país. ¡No nos resignemos, hagamos lo que podamos, como mejor podamos, siempre con la confianza de que Dios camina con nosotros!
Atentamente,
Junta Directiva CONVER
Leave a comment