El Comité Permanente de los obispos de Chile manifiesta su preocupación por la situación que afecta a Ucrania y que amenaza la paz de toda la humanidad, invitando a los católicos a dirigir una plegaria especial por la paz en encuentros y eucaristías de estos días, y a unirse el próximo día 2 de marzo -miércoles de ceniza- a la jornada de oración y ayuno convocada por el Papa Francisco.
Al iniciar el mensaje dado a conocer este 24 de febrero, se expresa que los obispos de Chile “compartimos la tristeza y preocupación por la situación de guerra que hoy afecta a Ucrania y que amenaza la paz de Europa y de toda la humanidad”, adhiriendo al llamamiento hecho por el Papa Francisco “a los responsables políticos para que hagan un serio examen de conciencia ante Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no sólo de algunos, que quiere que seamos hermanos y no enemigos. Ruego a todas las partes implicadas que se abstengan de llevar a cabo cualquier acción que pueda causar aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desprestigiando el derecho internacional”.
“Invitamos a todos a intensificar nuestra oración y nuestras acciones en favor de la paz y la concordia. A los católicos les pedimos que en nuestros encuentros y eucaristías de estos días, dirijamos a Dios una plegaria especial por la paz en Ucrania, y nos unamos el próximo día 2 de marzo, miércoles de ceniza, a la jornada de oración y ayuno a la que nos ha convocado el Papa Francisco”, añaden los representantes del Episcopado nacional.
Para ello, los pastores invitan a las comunidades a rezar con estas palabras del Papa: “Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: ¡Nunca más la guerra!; con la guerra, todo queda destruido. Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. Señor, Dios de Abraham y los Profetas, Dios amor que nos has creado y nos llamas a vivir como hermanos, danos la fuerza para ser cada día artesanos de la paz; danos la capacidad de mirar con benevolencia a todos los hermanos que encontramos en nuestro camino (…) Mantén encendida en nosotros la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz. Y que sean desterradas del corazón de todo hombre estas palabras: división, odio, guerra” (Oración por la paz, julio 2014).
“A la Virgen María, Reina de la Paz, nos dirigimos: “Bajo tu amparo nos acogemos. Santa Madre de Dios. No desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades. Antes bien, líbranos de todo peligro. ¡Oh! Virgen Gloriosa y Bendita”, imploran -por el Comité Permanente- los obispos Fernando Chomali Garib, arzobispo de Concepción y vicepresidente de la CECh; Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo; Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó; y Sergio Pérez de Arce Arriagada, obispo de Chillán, secretario general.