El pasado 11 de agosto se realizó la Jornada de Migración en el Centro de Estudios, participaron alrededor de 40 personas.
Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo… (Lev19,33)
¿POR QUÉ MIGRAN LAS PERSONAS EN NUESTROS DÍAS?
La migración no sólo es un fenómeno actual, ni es solamente un proceso que ha acompañado el devenir de las sociedades. Las migraciones son un síntoma de transformaciones más profundas: Aumento de la vulnerabilidad de los derechos de los migrantes, quienes chocan con países cada vez más cerrados e indiferentes a las causas que producen su desplazamiento, y donde se pueden ver expuestos a violaciones masivas de sus derechos humanos, explotación, tráfico ilícito, trata de personas, detenciones migratorias indefinidas en condiciones indignas, deportaciones o expulsiones a su país de origen.
En el último año, nuestro país ha sido testigo del aumento exponencial de extranjeros que ingresan con visa de turista y terminan quedándose en situación irregular, provocando situaciones de: Precariedad laboral y habitacional, incremento de la trata de personas.
A todo ello se suma una regulación migratoria anticuada, que data de 1975, que no recoge los principios, la institucionalidad, ni la flexibilidad necesaria para resguardar debidamente los derechos de los migrantes.
Fruto de la experiencia vivida el sábado 11 de agosto con el acercamiento que nos proporcionaron los expositores: Delio Cubides de INCAMI y Mario González. Abogado del departamento de migración de la Gobernación de Melipilla, hemos quedado comprometidos como vida religiosa a constituir un equipo que mantenga la reflexión al respecto, genere las redes y nos invite a ir dando pasos concretos en nuestro compromiso con la realidad migratoria, pues constatamos que es la Iglesia y concretamente nuestras parroquias las que están acogiendo a los hermanos y hermanas migrantes, ofreciéndoles acogida, integración, promoción y trabajo. Surgen, entonces, las siguientes interrogantes: ¿A qué concretamente nos desafía, como vida religiosa, la realidad migratoria de nuestro País? ¿De qué forma nuestro trabajo puede ser más organizado y cohesionado de tal modo que genere cambios estructurales?
Gracias a todos los hermanos y hermanas que acogieron la invitación, quedamos comprometidos a un segundo encuentro.
Gracias a quienes se ofrecieron para constituir este equipo coordinador, gracias a Dios que, peregrino en este mundo vivió también la experiencia de ser extranjero y marginado aún en su propia tierra.
La Conferencia agradece al Equipo de Formación Permanente, integrado por Hna. Sandra Henríquez, Carmelitas Misioneras, Hna. Flor Garrido, Carmelitas de la Caridad de Vedruna y Hno. Joaquín Blanco, Hermanos Menesianos.
GALERÍA FOTOGRÁFICA
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