El Juniorado del CEC agradeció la vida de nuestra hermana.
Comunicaciones CONFERRE
El pasado jueves 11 de junio se vivió, en el Centro de Estudios de la Conferencia, una profunda experiencia de comunión en torno a la mesa eucarística, para celebrar y agradecer a Dios el regalo de conocer a Karina Lefio Pino, (ex religiosa de la Santa Cruz de Cunco) quien fuera compañera de camino en los años 2013-2014, de las Jornadas de Juniorado organizadas por el CEC.
En la eucaristía, preparada por el Juniorado, se destacó la alegría, sencillez, cercanía, entrega, el don de ser hermana, amiga de Karina, recordando uno de los tantos mensajes que compartió en su facebook:
«A mis queridos amigos y amigas en Cristo Jesús… Quiero darles las Gracias de todo corazón por todo lo que pudimos compartir juntos, momentos de alegría, de oración… También de confidencias… La presencia de cada uno durante estos dos años fue fundamental para mí, porque logré conocer sus sueños de una vida consagrada llena de esperanza, y confiada en que estas vueltas a Galilea, renuevan un Sí que es para siempre, sea donde sea…»
Encomendamos a los papás y familiares para que Jesús los consuele y anime en tan irreparable pérdida.
El Mensaje del Juniorado
La muerte es un tránsito y un descanso, un amanecer y un anochecer, una despedida y un encuentro, una realización y una promesa, una partida y una llegada.
Por medio de estas palabras queremos expresar nuestro sentir frente a lo vivido con la Pascua de nuestra hermana, amiga y compañera de camino.
Como Juniorado estamos tocados, dolidos, porque Karina era una de las nuestras … somos pocos junieras/es y la mayoría sin compañeros/as por lo que ese espacio, las jornadas es «nuestro espacio vital» y cada uno es un miembro fundamental y único, somos hermanos y amigos, con lazos fuertes de cariño porque Dios nos ha unido y Karina era uno de estos regalos de Dios. Una mujer alegre, bellísima, amable, cariñosa, dulce, que nos enseñó que la lealtad entre hermanos y hermanas es un tesoro que se debe proteger y con una infinitud de dones. Ahora para nosotros/as es un fuerte llamado a descubrir el paso de Dios ahí, porque «si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda el solo, pero si muere da mucho fruto» y en medio del dolor, de la incertidumbre sabemos que es Dios quien nos puede acompañar en medio de esto. Él nos entrega las luces para poder continuar en este camino, confiamos en que juntos
y juntas nos animaremos a ser fiel a nuestra vocación, al llamado del Señor.
Nos queremos quedar con el bello recuerdo de una hermana y amiga que nos invita a disfrutar la vida, que nos exhorta a volver a Galilea volver a nuestro primer amor, a reencontramos por quién ha sido nuestro horizonte.
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