Quien fuera Presidente de CONFERRE, cumple hoy 100 años de vida. El Hermano Javier Mac-Mahon, OFM, nos entrega un verdadero testimonio de vida religiosa.
En sus largos años como franciscano ha prestado significativos servicios a la orden y la Iglesia: Maestro de novicios, Ministro provincial en dos períodos, Definidor general por América Latina, Presidente de la Conferre, Vicario episcopal para Vida Consagrada y misionero en Marruecos.
Sin embargo, más que por cualquier cargo ejercido, el hermano Javier destaca por ser, hasta el día de hoy, un apasionado y perseverante seguidor de Jesús, al estilo de San Francisco de Asís.
Como CONFERRE nos unicmos a los hermanos de la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad y le enviamos un público saludo de cumpleaños y damos gracias a Dios por su longeva y fructífera vida.
Entrevista a Conferre
P. Francisco Javier Mac-Mahon, OFM: “Nuestros criterios deben ser los criterios del Señor. Esa es la conversión verdadera”
A sus casi 100 años de vida y más de 80 de vida religiosa, el P. Francisco Javier Mac-Mahon, OFM, ex Presidente de CONFERRE, hace memoria agradecida de su vocación y revisa con especial lucidez la realidad de la vida consagrada y la Iglesia. “Tal vez porque voy a cumplir cerca ya de los 100 años, querrán saber algo de alguno que ha vivido tanto en esta Tierra”, comenta.
Es el mayor de siete hermanos, dice que desde muy pequeño sintió el llamado de Dios gracias al compartir que tuvo con Padres Franciscanos en su escuela. Inspirado en el espíritu misionero de los hermanos, a los 12 años el Padre Francisco Javier Mac-Mahon ingresó a la orden y desde allí inició su vida religiosa que, recién a sus 80 años, lo llevó a misionar a Marruecos, pueblo en su mayoría Musulmán y donde experimentó la gracia de la fraternidad. “Me di cuenta de que no era necesario convertir a nadie, lo que importa es mostrar que todos somos hijos de Dios y hermanos. Y que debemos descubrir lo bueno que tienen, no lo malo”, recuerda.
En los años 70, fue escogido como Presidente de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile, y en esa calidad hoy reflexiona y analiza el caminar de la vida consagrada, los diversos cambios que ha tenido en su historia y los desafíos que quedan por delante. Un caminar que ha estado marcado profundamente por el paso del Espíritu Santo. “El Espíritu Santo es el que nos hace cambiar y nos renueva” comenta.
Desde el Eremitorio San Francisco del Totoral, el Padre Javier conversa con nosotros y nos permite entrar en su historia y reflexionar respecto de la Vida Religiosa.
-¿Cómo nació su vocación?
-Yo creo que desde niño. En aquellos tiempos parece que se infundía la vocación a los niños también. Yo conocí a los Franciscanos en el Norte, en una Oficina Salitrera. Allí, iba el padre a celebrar misa los días domingo y mis padres lo invitaban a almorzar a mi casa. Después, fui a La Serena a estudiar y allí entre al Colegio San Antonio, también regido por los Franciscanos Belgas, que habían estado misionando en África y en China. Ellos nos daban a conocer la vocación y nos daban libros sobre las misiones que ellos tenían en esos países. Entonces esas lecturas, de esos hechos misioneros, de los frailes en otros países, despertó en mí también el deseo de ser como ellos.
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