“La depresión por el pasado o la ansiedad por el futuro podrían convertir a la vida consagrada en una cárcel de sentimientos o en una nebulosa de deseos, que impiden el crecimiento humano integral y la opción discipular de la fe adulta. Esta realidad se podría complicar ante la evidencia de los casos ocultados de abusos, alienaciones o frustraciones, que institucionalizan las relaciones antievangélicas simétricas y asimétricas de nuestros ambientes comunitarios”.
Jesús García, OFM Cap
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FICHA 11 disponible en: www.cirm.org.mx