Las Hijas de María Auxiliadora en Molina celebraron el pasado viernes 24 de mayo, los 100 años de su llegada a la ciudad con una misa en la capilla del colegio que lleva su nombre.
La celebración inició desde las 16:00 horas y contó con la asistencia de miembros del colegio, directivos, alumnos, apoderados, personas de la comunidad y el Administrador Apostólico de la Diócesis de Talca, el padre Galo Fernández Villaseca, quien inició su homilía saludando a todas las religiosas presentes y agradeciendo por la hermosa labor que han desarrollado por tantos años en esta ciudad.
“Estamos comenzando a celebrar 100 años de la presencia de las hermanas, uno está acostumbrado a celebrar cumple años, pero cumple siglos es otra cosa (…) algunos pueden pensar ¿si tiene sentido celebrar tantos años? y claro que tiene sentido, porque en el fondo expresamos la gratitud, y el cariño por todo lo que hemos recibido. La escuela, así como está, no nació de la noche a la mañana, fue fruto del trabajo paciente, de la entrega generosa”, aseveró el obispo.
Además, recordó el gran esfuerzo de las primeras religiosas que dejaron su tierra y que llegaron a un país que no conocían para entregar el conocimiento de Jesús y acompañar en el proceso de educar, en aquella época a niñas y hoy en día a niños y niñas.
“Igual estamos mirando hacia adelante, porque no recogemos lo que hemos vivido para quedar mirando y admirando, sino decir esto lo han hecho otros para que nosotros podamos continuar el camino, para que las hermanas de hoy, los profesores y profesoras de hoy, puedan seguir este camino de educación para que los niños y niñas de hoy puedan recibir un camino que les ayude no solo a aprender con lo que respecta a materias, sino a conocernos a nosotros mismos interactuando con los demás”, agregó el padre Galo.
Al continuar con la celebración, representantes de colegio entregaron al momento del ofertorio, la campana con la que antiguamente se llamaba a las alumnas para el ingreso a clases, una fotografía del colegio de décadas atrás y un hábito de las primeras religiosas que llegaron a Molina.
Esta celebración tan emotiva, culminó con un mensaje del Administrador Apostólico, invitando a todos a ver estos 100 años de fundación, como un inicio para cosas mejores en el porvenir del colegio y de la comunidad religiosa en Molina.
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