En el día de ayer como País, hemos tenido una jornada electoral, en que se volvió a valorar nuestro sentido democrático y se ha elegido al nuevo presidente para el periodo 2022-2026, iniciándose una nueva etapa a partir el 11 de marzo en que asume su mandato. Como Vida Religiosa Chilena estamos llamados a levantar la mirada y ponernos al servicio del proyecto país que se abre después de esta elección.
Las semanas y días previos, estuvieron lamentablemente marcados por la desconfianza mutua y la violencia verbal de ambos sectores, lo cual no compartimos y que han generado un ambiente polarizado.
El Papa Francisco nos ha invitado a “soñar juntos”. Y en este tiempo de adviento todos soñamos con esperanza un país distinto. Este resultado electoral nos debe hacer sintonizar con el espíritu que subyace en la democracia.
Nos alegramos por la masividad en la participación de los ciudadanos, especialmente la votación de jóvenes y personas que no lo hacían desde hace años.
Deseamos al nuevo gobierno éxito y mucha fuerza para llevar adelante, con espíritu de diálogo muchos acuerdos que permitan avanzar hacia un país más equitativo y justo, pues solo de esa manera, podremos construir la sociedad que se anhela, con una verdadera “…paz que es fruto de la justicia…” (Is. 32, 17).
Necesitamos unirnos como sociedad. Los tiempos que enfrentamos son complejos y se necesita del apoyo de todos (as). Un país divido no puede proyectarse sin escuchar a todos. Por eso es tan importante que nos comprometamos con la concordia, para trabajar por la justicia y reconciliación.
El horizonte inspirador de la CLAR (Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos) nos da luces como Vida Religiosa para enfrentar el momento presente y los desafíos futuros como nación:
Renovar la opción por los excluidos desde una mirada contemplativa de la realidad:
– Reforzar el compromiso social, optando cada vez más, por una evangelización vivida entre los más pobres, que renueve la esperanza.
– Favorecer la formación política y la participación en instancias públicas, para que el derecho individual y colectivo sea respetado.
– Impulsar la búsqueda de la dignidad humana y el bien común al lado de las personas marginadas.
Favorecer la ética del encuentro y del cuidado:
– Promover una cultura del encuentro y el buen trato, que, desde el estilo relacional de Jesús, le dé primacía a lo humano.
– Generar espacios gratuitos personales y comunitarios que favorezcan la relación en reciprocidad, la mirada positiva de la vida, el apoyo mutuo, y el prolongar decididamente la fiesta al servicio de la vida.
Optar por la ecología integral:
– Favorecer la armonía personal, social y ecológica en defensa de la vida, de los pueblos y de las culturas.
– Profundizar en la conversión ecológica que nos reconcilie, fortalezca en la comunión y nos ubique respetuosamente ante los ecosistemas naturales, estimulando el cuidado de la vida y de la casa común.
Encomendamos a Dios y a María del Carmen, Reina de Chile, al presidente electo y su equipo de gobierno, que esta nueva etapa favorezca una mejor convivencia y calidad de vida para todos los hijos e hijas de esta Patria querida.
Junta Directiva CONFERRE
Santiago, 20 de diciembre 2021