El fin de semana largo, del 15 al 18 de agosto, un grupo de 8 religiosas, de distintas congregaciones, y dos laicas, nos aventuramos a la hermosa misión intercongregacional entre los hermanos y hermanas migrantes.
Durante las semanas previas, fuimos preparando el corazón y, bajo la coordinación de Maggie Jaque de las Carmelitas de Vedruna, nos fuimos entusiasmando y disponiendo para este gran desafío.
En Quinta de Tilcoco nos esperaba la comunidad cristiana, las hermanas del Amor Misericordioso, las hermanas de Santa Marta y los sacerdotes de la Orden Madre de Dios. En medio de ellos y gracias a los mil detalles de su acogida, nos fuimos dando cuenta a dónde veníamos y a qué.
Visitamos las casas, conversamos con la gente y por la tarde, desde los dones de cada una, nos pusimos a enseñar en los talleres organizados, de acuerdo a nuestras sencillas aptitudes en las distintas actividades que propusimos: taller de niños, de costura, de tejido, de bisutería…
Las mujeres, los varones, los niños y las niñas, al comienzo fueron llegando muy tímidamente, pero con el pasar de los días se fueron entusiasmando más, tanto al final pudimos incluso hacer una pequeña exposición de los trabajos realizados.
La experiencia entre nosotras fue de mucha alegría, sentido de equipo y entrega, con hondos deseos de misión. La experiencia con la gente fue el darnos cuenta una vez más de la sencilla acogida de nuestro pueblo y admirar la valentía de los que han dejado todo por buscar una tierra más digna y mejor.
Muchas gracias a Conferre que confía y apoya. Ya pronto nos volveremos a encontrar en una nueva etapa de esta misión, 31de octubre, 1,2 y 3 de noviembre.
Muchas gracias Señor por esta experiencia y
¡Qué Viva Quinta de Tilcoco, los migrantes, las migrantes y la integración!
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