Animando a la participación del Pueblo de Dios en el camino sinodal que vive la Iglesia, así como a toda la ciudadanía en el proceso eleccionario nacional, el Episcopado llama a buscar un clima de concordia y a trabajar por la paz, superando las causas de inequidad y desterrando toda clase de abusos. Expresan también dolor por los signos de xenofobia ante la actual situación migrante y piden a las autoridades mejorar los procesos de acogida y regulación.
Vía: Iglesia.cl
Este viernes 12 de noviembre concluyó en la casa de retiros de Lo Cañas, la 124ª asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile. Los obispos y administradores diocesanos, dieron a conocer un mensaje final que lleva por título “La paz esté con ustedes”.
En primer lugar, se señala acoger con entusiasmo la invitación del Papa Francisco para participar en el Sínodo de los obispos sobre la sinodalidad, agregando que “necesitamos seguir profundizando nuestra condición de Pueblo de Dios, que, ungido por el Espíritu, está llamado a hacerse responsable de la misión evangelizadora”. Se recuerda que la Iglesia en Chile lleva un tiempo de discernimiento, preparando la III Asamblea Eclesial Nacional, a la que se sumó el proceso de Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe. “Reconocemos estos caminos, como una oportunidad para ser una Iglesia cada día más sinodal, profética y esperanzadora con Jesucristo en el centro, desterrando toda clase de abusos”, procesos que contemplan una gran participación laical.
Ante el proceso eleccionario nacional, expresaron que “como pastores confiamos que participen activamente todos quienes pueden votar. Es una forma excelente para cuidar la democracia y hacer respetar el Estado de derecho, reafirmando que Chile es un país de hermanos. Es una muy buena manera de promover el bien común y la paz social”. Recuerdan, además, que para los cristianos “es necesario tener en cuenta que en las decisiones que afrontamos se juegan valores esenciales para una nación fundada en las enseñanzas del Evangelio, que estamos llamados siempre a custodiar y promover”.
“Humildemente invitamos al Pueblo de Dios y a todos los habitantes de nuestro querido Chile a que promuevan espacios de fraternidad, de diálogo sincero y de un espíritu constructivo. Es urgente superar todas aquellas actitudes, palabras y actos que generan discordia, tensiones inútiles y odiosidad entre nosotros” solicitan los obispos, junto con señalar que es mayor es la responsabilidad de buscar un clima de concordia entre quienes ejercen alguna función pública, pensar en el país que se le dejará a las futuras. “Es urgente un compromiso decidido y claro en contra de la violencia como forma de acción política”, destacan.
A los católicos y personas de buena voluntad se les convoca a trabajar por la paz y por superar todas las causas de inequidad: “la paz es fruto de la justicia” expresan, recordando al profeta Isaías. “Los motivos de la violencia muchas veces suelen estar vinculados a la marginación social, a la falta de perspectivas frente al futuro, a una profunda inequidad en la distribución de los bienes que están destinados a todos y a demandas históricas no adecuadamente asumidas”.
En la declaración manifiestan una gran preocupación por la situación que están viviendo los migrantes que llegan a las fronteras: “urge a que asumamos como sociedad una respuesta que respete su dignidad. La crisis migratoria nos interpela profundamente, así como las causas que la provocan y en cómo hacemos memoria de la acogida que Chile siempre ha dado al forastero” interpela el Episcopado, añadiendo que “hemos visto, con dolor, en una parte de la población signos de xenofobia y de injustas discriminaciones” y llamando a las autoridades a que “con diligencia colaboren para proporcionar ayuda a estas personas, mejorando y agilizando los procesos de regularización de quienes se encuentran en el país”.
Al concluir el mensaje, los obispos exhortan a todos los miembros de la Iglesia a que “seamos prontos y solícitos en buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas en un ambiente de oración, fuente de gracia en todos nosotros”, solicitando a la Virgen María en este especial tiempo dedicado a ella, a que nos acompañe y proteja.