Queremos invitarlos a que estas semanas de Adviento sean un tiempo para reflexionar y darnos un espacio para hacer oración. Hacer una pausa, dejar que el silencio nos regale calma para escuchar con atención lo que está en nuestro interior, y la voz de un Dios que quiere consolarnos y regalarnos su alegría.
En esta cuarta semana de Adviento, Guido Jonquieres SJ nos invita a cultivar la esperanza, cada vez “menos espontánea y menos luminosa que en otras épocas. Pero no ha dejado de ser una de las tres virtudes teologales. Es como el aspecto dinámico de la fe”.
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