Aunque hay que minimizar el riesgo, prevenir el abuso, atender la denuncia, reparar el daño y garantizar el cuidado, hoy necesitamos compartir preguntas y respuestas -entre nosotras/os y con Jesucristo- que nos hagan avanzar en la transparencia sanadora y en la reparación liberadora, que sí es la voluntad del Padre para todas sus hijas e hijos, especialmente los que sufren triplemente: por la agresión, la desatención y la revictimización..
Fr. Jesús García, OFM Cap