Entre febrero y mayo de 2023 se vivió una crisis humanitaria en la frontera entre Chile y Perú debido a la militarización de ambas fronteras y al aumento de controles frente a la migración irregular, que resultó en la presencia de cientos de personas ‘varadas’ sin posibilidad de continuar su viaje entre las ciudades fronterizas de Tacna (Perú) y Arica (Chile). A pesar de la disminución de la gravedad de la situación en el espacio binacional -conocido como la “línea de la Concordia”- la situación de desprotección, riesgos a la integridad y falta de acceso a servicios básicos para las personas en tránsito en esta frontera continúa siendo crítica: la mayoría de las personas reportaron que tienen dificultades para suplir sus necesidades de alimentos, agua y alojamiento durante el viaje y pocas cuentan con recursos suficientes para poder llegar a su destino.