MUY QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS DE CHILE:
Reciban un cordial saludo a nombre de toda la Vida Consagrada que peregrina en Cuba.
Nos sentimos muy unidos a ustedes en este momento que viven. Comprendemos el hoy existencial por el que atraviesan junto a su pueblo y queremos hacerles llegar la seguridad de nuestra oración, acompañada con el afecto fraterno de toda la vida consagrada que sirve en Cuba. No podemos ni queremos dejar de animarlos a mantener la esperanza y lo hacemos con la certeza de que Dios ha decretado y seguirá decretando en el corazón de los pequeños, que no es tiempo de derrota, y sí, de confianza y de comienzo.
Queremos invitarlos a seguir siendo signos de misericordia, entrañas de amor para el mundo. No dejen de ser las manos y la voz de Dios, a través de la acogida, de entregar la vida, para la verdad, para la comunión. También queremos regalarles una bendición… La hemos rezado en nuestra reunión como Junta Directiva. Creemos que es un bien compartido y que vale la pena aprovechar lo que otros nos comparten. No es fruto nuestro, pero sí, ha dejado una estela de bien en nuestro Espíritu. Llegue a cada uno de ustedes con este mismo deseo. Con cariño les decimos:
Déjense bendecir, acojan la brisa del Espíritu para ser bendición y misericordia para todos.
Que Dios te bendiga con la incomodidad, frente a las respuestas fáciles, las medias verdades, las relaciones superficiales, para que seas capaz de profundizar dentro de tu corazón.
Que Dios te bendiga con la ira, frente a la injusticia, la opresión y la explotación de la gente, para que puedas trabajar por la justicia, la libertad y la paz.
Que Dios te bendiga con lágrimas, para derramarlas por aquellos que sufren el dolor, el rechazo, el hambre y la guerra, para que seas capaz de estar a su lado, reconfortándolos y convirtiendo su dolor en alegría.
Que Dios te bendiga con suficiente locura, para creer que EL puede hacer diferente este mundo con tu pobreza, para que creas que Dios puede lo que otros proclaman imposible.
Que Dios te bendiga con la noche, para que tus ojos se abran a una luz mayor, a una verdad por descubrir, para que te haga entrar en comunión con la noche de los que ahora no ven, para que descubras una mirada que siempre ha estado y siempre estará.
Que Dios te bendiga con la soledad y el abandono de todos, para que empieces por fin a darte cuenta de quiénes son y de quién eres tú, para que te descubras en tu desnuda verdad y aprendas a amar.
Que Dios te bendiga con el cansancio, para que, por fin, descanses de ti mismo, para que aprendas a respirar, a estrenar, para que Dios descanse en ti y contigo.
Que Dios te bendiga con la pobreza, la desnudez y el vacío que asusta, para que gustes la verdadera riqueza, el don inapreciable, y te dejes arropar y evangelizar por los pobres…Señor bendíceme, bendícenos a todos, nuestros hermanos y hermanas, con lo que tú sabes más necesitamos, con lo que tú más necesitas, como a ti te dé la gana. (Miguel Márquez, ocd)
En el corazón de nuestra Buena Madre los colocamos confiadamente, con cariño esperanzado de que nuestros pueblos algún día no lejano, podrán conocer la verdadera felicidad y juntos podremos celebrar el regalo que Dios soñó desde la creación para cada uno de sus hijos.
Sus hermanas y hermanos de la Junta Directiva y todos los consagrados de Cuba
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