Muchos pueblos están pasando momentos no fáciles. Se ahondan las tensiones y se multiplican las crisis, el pesimismo se abre paso y la desesperanza se instala.
Es la misma sensación de los Apóstoles al vivir el misterio de la Cruz, antes de Pentecostés. Pero vino sobre ellos “la fuerza del Espíritu Santo” (Hch 1,8) y los hizo audaces testigos del Señor Resucitado.
Compartimos en adjunto el Subsidio de Pentecostés Tiempo del Espíritu para nuestra América Latina y el Caribe.