Testimonio Encuentro Jornada Pro Orantibus
Terminado el encuentro quedó entre nosotras un ambiente de alegría, alabanza y acción de gracias, que percibimos como frutos del Espíritu. Es así como hoy resuena entre nosotras la antífona “a ti, gloria y alabanza por los siglos”, que compromete nuestras oraciones en gratitud por lo compartido.
Consideramos un verdadero regalo de la Providencia las condiciones en las que pudimos vivir este encuentro. Para ello, cada participante se dio el tiempo y fue clave también la coordinación de quienes lo organizaron, que propició que todos estuviéramos en línea puntualmente. Estas circunstancias nos permitieron recibirnos unos a otros en nuestras casas y, al mismo tiempo, contar con una mayor participación de las hermanas de las diez comunidades reunidas. Fue muy edificante haber compartido cómo hemos vivido este contexto.
Nos unimos en un mismo espíritu de alabanza por la experiencia de eclesialidad que pudimos palpar. Las diferentes espiritualidades y funciones que cada uno desempeña al servicio de la Iglesia nos ayudaron a constatar que somos distintos miembros de un solo Cuerpo, del que nos sentimos parte. En esta misma línea, fue una alegría para nosotras el escuchar el testimonio del P. Julio Larrondo y darle la bienvenida en esta misión que el Señor le confía. A la vez, pudimos renovarnos con las palabras de ánimo pronunciadas por nuestro Arzobispo Celestino Aós, dejarnos entusiasmar por el mensaje de Monseñor Alberto Lorenzelli e interpelar en la confianza en Dios por el salmo escogido para la oración por Monseñor Cristián Roncagliolo.
El clima de fraternidad vivido durante el encuentro fue en gran medida posible gracias al esfuerzo y al dedicado trabajo del Padre Pedro Pablo Garín y de la Hermana Frida, que nos han acompañado con mucha cercanía.
Carmelitas Descalzas, Monasterio del Carmen de San José.
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