VIDA CONSAGRADA Y EL PAÍS QUE SOÑAMOS
El país que queremos y deseamos que quede “dibujado” y propuesto en la nueva Constitución está reflejado y bastante bien descrito en este número de la revista Testimonio. Quienes han escrito lo han hecho, sobre todo, desde su condición de personas de mucha calidad humana y de creyentes. Hay algo común a todos: son unos grandes artesanos de la justicia y de la paz.
No piden que haya citas del evangelio en esa nueva Constitución pero
expresan, a veces con mucha fuerza, que desean encontrar en ella el país
que quieren vivir y en el que quieren ejercer su misión y ser felices. No hace falta recurrir a lo divino para intentar ser verdaderamente humanos;
se trata de describir, vivir y proponer y encontrar “lo divino” en lo “humano” y decirlo bien ya que esto es decisivo de verdad. El gran deseo
de los autores es que la Constitución esté hecha a la medida de lo más
auténticamente humano.